Vivienda, asistencia y redes: estrategias que están cambiando la forma de abordar la exclusión social

La mañana del segundo día de Seminario Internacional sobre Personas sin Hogar: Atención Integral y Derechos ¡Ya! (23/10), celebrado en Fiocruz Brasilia, estuvo dedicado a informar sobre experiencias nacionales e internacionales de éxito.

El secretario distrital de Integración Social de la Alcaldía de Bogotá, Roberto C. Angulo, señaló que la exclusión extrema de la población en situación de calle en la capital colombiana está marcada por una media de 12,6 años viviendo en esta condición, con 20% que iniciaron su vida en la calle siendo niños, lo que pone de manifiesto profundas fallas en los sistemas de protección social.

Al presentar la estrategia de Bogotá, Roberto Angulo afirmó que la situación de las personas que viven en la calle refleja un cuadro de “exclusión extrema”, que va más allá de la pobreza y requiere respuestas integradas. Su tesis central es que vivir en la calle es el resultado de una acumulación crítica de privaciones sociales, económicas y de participación, reforzadas por acontecimientos como la violencia familiar, el abuso de sustancias y los fallos del sistema de protección social.

Entre los principales argumentos, Angulo destacó: (1) la permanencia en la calle como fenómeno crónico -un promedio de 12,6 años en la calle-; (2) el inicio temprano de la trayectoria de exclusión, ya que 1 de cada 5 personas ingresó a la calle con menos de 18 años; (3) la permanencia condicionada por el consumo problemático de sustancias psicoactivas; (4) el bajo acceso a derechos y oportunidades -sólo 5,6% tienen educación superior, 46% viven del reciclaje-; (5) la discriminación y la fragilidad de las redes de apoyo, ya que sólo 14% reciben ayuda institucional. Los datos del censo de 2024 también revelan que 5% declararon haber intentado suicidarse el mes anterior.

Para Angulo, “vivir en la calle es el resultado de muchos años de acuerdos sociales fallidos”.

Implícitamente, Bogotá apuesta por cinco frentes integrados: visibilidad estadística, soluciones habitacionales diversificadas (incluyendo modelos inspirados en Brasil), atención sanitaria territorial, servicios específicos para el envejecimiento e integración para la inclusión social, productiva y comunitaria. Contrapunto: el gerente reconoce la falta de políticas sólidas de prevención, especialmente en relación con el consumo de sustancias.


Banco Mundial - Modelos integrados para salir de la calle

Paula Correa, consultora del Banco Mundial, presentó un análisis comparativo de las políticas de atención a las personas sin hogar en países de renta alta y media, haciendo hincapié en el modelo “Housing First”. La tesis central es que las soluciones de vivienda articuladas con servicios de apoyo y estrategias de prevención producen resultados sostenibles y rentables.

Entre los principales argumentos destacó la diversidad de modalidades de alojamiento según el perfil de las personas sin hogar y la eficiencia fiscal de invertir en vivienda permanente al reducir la demanda de servicios de urgencia. Correa también destacó la necesidad de una gestión individualizada, la coordinación intersectorial entre vivienda, sanidad y asistencia, y la importancia de la prevención como eje transversal, desde las políticas de alquiler social hasta las medidas contra los desahucios.

El experto citó a Finlandia como ejemplo de éxito: desde 2008, el país ha reducido su población sin hogar en 78% adoptando una combinación de subsidios de vivienda, prevención y gobernanza cooperativa. “Una política sólo es sostenible cuando la vivienda y los servicios van de la mano”, afirmó.

Como implicación práctica, sugirió la creación de sistemas integrados de vivienda y protección social en Brasil, guiados por datos y modelos de gobernanza compartida.
Lagunas mencionadas: aún no se han detallado los costes medios por beneficiario ni los mecanismos de seguimiento.

Vivienda - Atención integral con vinculación y autonomía

La coordinadora Ravena Lima presentó la experiencia del proyecto de Vivienda Asistida en Salvador, una iniciativa municipal inspirada en el modelo Housing First y adaptada a la realidad de la población local de la calle. La tesis central defendida es que garantizar la vivienda y el apoyo integrado es una condición para reconstruir la autonomía y los lazos familiares y comunitarios.

Entre los principales puntos, Lima destacó el papel del movimiento social en el origen de la política, que comenzó en asociación con el Movimiento Nacional de la Población en Situación de Calle en 2020; la adaptación al contexto territorial de Salvador; el seguimiento por equipos multiprofesionales y la construcción de planes de vida compartidos; y la reducción de daños como principio rector. También hizo hincapié en la inversión en vínculos y en la confianza como parte de la atención.

Los datos del piloto (2023-2025) muestran que de las 20 familias atendidas, 15 permanecieron hasta el final, con una media de 58 visitas a domicilio por centro. Todos los niños fueron incluidos en el sistema escolar y cinco familias consiguieron un empleo formal. “Hablar de la oferta de una casa es mucho más que la casa”, dijo.

La experiencia apunta a la necesidad de políticas que hagan permanentes los programas de vivienda asistida, ampliando el uso de los recursos públicos y las asociaciones con organizaciones de la sociedad civil.

Formación - Collaboratory refuerza la gestión participativa

Marcelo Pedra, representante del colectivo Trilhas de Cuidado nas Ruas y de Fiocruz Brasília, presentó el Colaboratorio Nacional PopRua, creado en 2023 en cooperación con el Ministerio de Derechos Humanos, universidades públicas y el Movimiento Nacional de la Población de Calle. El proyecto pretende consolidar entornos de gestión, formación e investigación participativa destinados a cualificar las políticas para la población de la calle.

Según Pedra, la colaboración se estructura en torno a 14 polos descentralizados -de Manaus a Porto Alegre-, cada uno con equipos formados por coordinadores técnicos y personas con experiencia en la calle. La iniciativa articula acciones conjuntas entre el SUS, el SUAS e instituciones de defensa de derechos, operadores de formación y líderes públicos.

La Escuela Nacional PopRua, brazo formativo del proyecto, llevó a cabo actividades en todas las capitales participantes, ofreciendo talleres de formación y elaborando folletos metodológicos sobre gestión participativa. Como producto concreto, los equipos elaboraron una guía intersectorial que normaliza los flujos de servicios entre la sanidad y la asistencia a mujeres embarazadas, consumidores de drogas y familias vulnerables.

Entre marzo de 2023 y septiembre de 2025, el colaboratorio promovió 920 actividades, llegando a 30.131 personas -13,5% de ellas sin hogar-. “Es un proyecto hecho a muchas manos, con la población como sujeto y no sólo el público”, dijo Pedra.

El modelo demuestra la importancia de institucionalizar las redes de gestión compartida y de centrarse en la reducción de daños.

Red - El catálogo cartografía las prácticas asistenciales en el país

Para cerrar el panel, la profesora Mirna Teixeira, de la ENSP/Fiocruz y del Colectivo Trilhas de Cuidado nas Ruas, lanzó el Catálogo Nacional de Experiencias Intersectoriales de Atención a la Población de la Calle - una iniciativa que busca mapear y diseminar prácticas de salud, asistencia, vivienda y generación de renta desarrolladas en todo Brasil.

El catálogo, explicó Teixeira, nació de la necesidad de conectar experiencias dispersas y dar visibilidad al trabajo innovador realizado por municipios, universidades, colectivos y organizaciones civiles. La metodología utilizó informadores clave y la recogida de datos a través de un formulario electrónico, con criterios basados en la innovación, la sostenibilidad, el impacto social y la adopción de enfoques poco exigentes.

“Queremos mostrar que se están haciendo muchas cosas buenas que se pueden replicar”, afirmó. El catálogo inaugural reúne 22 experiencias -seis en salud integral, cuatro en vivienda, dos en educación y formación, dos en protección social y ocho en articulación de redes-, entre ellas la Vivienda Asistida de Salvador y el Colaboratorio Nacional PopRua.

La propuesta es mantener el material en formato digital, con libre acceso y actualización continua, permitiendo la incorporación de nuevas experiencias y la formación de una red de colaboración que ya incluye a Fiocruz, USP, IPEA y OPS. Cada proyecto es descrito con objetivos, resultados y lecciones aprendidas, seguido de un análisis autoral del colectivo.

“La idea es hacer juntos lo que no sería posible por separado”, dijo Teixeira, subrayando que el catálogo pretende ser una herramienta de educación permanente y una base empírica para políticas públicas integradas.

Todas las ponencias del Seminario Internacional sobre Personas sin Hogar hicieron hincapié en que la lucha contra la exclusión social requiere políticas intersectoriales basadas en el derecho a la vivienda, la atención integral y la gobernanza participativa. El principio es que la calle no es un destino, sino una expresión de desigualdades acumulativas que pueden revertirse mediante la inversión pública, el reconocimiento social y el protagonismo de las propias personas sin hogar.


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